Pequeño Gran Hombre (1970)
título original: Little Big Man
director: Arthur Penn
actores: Dustin Hoffman, Faye Dunaway, Chief Dan George, Martin Balsam, Richard Mulligan...
fotografía: Harry Stradling Jr. (con unos paisajes naturales EXPECTACULARES).
(Como alternativa a esta película, larguísima, podríamos ver Cheyenne Autumn -Otoño Cheyenne o La Última Batalla-, de John Ford, donde la historia se cuenta también desde el lado de los indios).
Sinopsis:
Un resumen someramente informativo de esta película sería seguramente la entrada más larga de este blog, pues el protagonista del filme se encuentra en todos los fregaos posibles (e imposibles) que puedan imaginarse entre Nueva Orleans y San Francisco. Así que simplemente haré una breve enumeración: de niño lo raptan los indios, luego es reeducado por un pastor protestante, tiene una amante, trabaja como milagrero, es linchado, se casa, conoce a Custer (el general), viaja al Oeste, los indios le atacan de nuevo, se alista en el 7º de caballería como venganza, deserta asqueado por la actitud del ejército hacia su antigua tribu, asiste al parto de una india fugitiva, se casa con ella, tiene un hijo con ella, encuentra a su antigua mujer, encuentra a su antigua tribu, huye de ambos, vuelve a encontrarse con una matanza del General Custer, decide vengarse de él, fracasa, cae en el alcoholismo, lo rescata Billy el Niño, se encuentra con su antigua amante, se hace trampero, vuelve a cruzarse con Custer, le tiende una trampa, es perseguido, intenta morir dignamente y al final han pasado 121 años, con lo que nos ponemos casi a la altura del El Hombre de la Tierra.
Sinopsis (larga):
¿Western? ¿Tragicomedia? Parece ser que Arthur Penn no se tomó muy en serio ni los cánones del género ni sus héroes. El protagonista en cambio, en su ridiculez, es el personaje más íntegro y cabal de todos, también el más anónimo en el devenir de la Historia... porque es indio. Los 121 años de vida de Jack Crabb/Little Big Man (pero, ¿tenía que ser Dustin Hoffman el que interpretara este personaje?) son un repaso crítico, a ratos bufonesco, a la historia de la conquista del Oeste que quiere presentarse aquí desde el punto de vista de los indios. En eso es en lo que enlaza con la temática del ciclo, pues el punto de vista de los "nativos norteamericanos" está muy presente en varias de las series que componen la saga de Blueberry desde el inicio e incluso, como el protagonista de la película, nuestro Teniente favorito convivirá durante un tiempo con ellos (que le rebautizarán como Nariz Rota) resentido con el fariseísmo del hombre blanco.
Pero no es ésta la única relación. Más arriba he citado como uno de los aspectos más notables de la película su fotografía, con unas espectaculares imágenes rodadas en escenarios naturales (al menos así lo recuerdo: espero no estar metiendo la pata). En concreto las escenas de carga de la Caballería, descendiendo al galope con sus uniformes azules por las lomas nevadas, las capas de invierno flotando entre el vaho de las monturas, exhibiendo su forro amarillo entre los abetos blanqueados por la nieve, son tan emocionantes en el filme como en las viñetas con las que Giraud ilustra "El General Cabellos Rubios", capítulo de la vida de Blueberry en el que éste asiste también a la crueldad del Ejército contra los indios e intentará evitarla. (Y tambien me recuerdan, por cierto, a algunas de las escenas de batalla de Ran, de Kurosawa). Son paisajes éstos, tanto en el cómic como en la película, poco habituales en el género, habitualmente más gustoso de mostrar las chumberas y las serpientes de cascabel propias de la frontera con México. Son sin embargo escenas y dibujos de una calidad estética inigualable.
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